La Farmacovigilancia es un concepto que casi se explica por sí solo; sin embargo, tiene mayores implicaciones que te recomendamos conocer, sobre todo si elaboras, maquilas o comercializas algún fármaco. Continúa con nosotros y descubre todo lo que está alrededor de este concepto y cómo la Regulación Sanitaria es la antesala para evitar sanciones.
Comencemos por conocer lo que es la Farmacovigilancia. Esta se refiere al conjunto de procedimientos con los cuales se sistematiza la detección, evaluación, comprensión y prevención de los eventos adversos, las sospechas de reacciones adversas, las reacciones adversas, los eventos supuestamente atribuibles a la vacunación o inmunización, o cualquier otro problema de seguridad relacionado con el uso de los medicamentos y vacunas. Es decir, lo que sucede después de que se cumplió con toda la Regulación Sanitaria previa a su consumo y que aún así ocasionó alguna reacción de riesgo para el usuario.
Como la mayoría de los procesos involucrados con la Regulación Sanitaria, la Farmacovigilancia está regulada por la NOM-220-SSA1-2016 que tiene el objetivo de establecer los lineamientos para la instalación y operación de dicha vigilancia en territorio nacional.
La Farmacovigilancia también tiene distintos objetivos; entre ellos la detección temprana de las reacciones adversas e interacciones desconocidas hasta ese momento, la detección de aumentos de la frecuencia y/o intensidad de reacciones adversas conocidas, la detección de falta de eficacia o eficacia disminuida, la identificación de los factores de riesgo y de los posibles mecanismos subyacentes de las reacciones adversas, la estimación de los aspectos cuantitativos de la relación beneficio/riesgo para el paciente y la difusión de la información necesaria para mejorar la regulación y prescripción de medicamentos.
Uno de los aspectos más importantes de la Farmacovigilancia es que a partir de la recolección y divulgación de la información que han detectado, se puede apuntar el uso racional y seguro de los medicamentos, así como evaluar y comunicar los riesgos y beneficios de estos. Con ello también se previene y reduce el daño a los pacientes, además de permear en la seguridad y eficacia de los medicamentos, promoviendo con ello que los usuarios consuman el mejor fármaco disponible.
Como te darás cuenta, la Farmacovigilancia realiza una labor muy importante en el proceso de la Regulación Sanitaria y son varios los actores que juegan un papel crucial.
Empezando por la industria farmacéutica, estos son quienes elaboran los medicamentos; por otro lado, también están los visitadores médicos, que reciben los comentarios y tiene la información de dichos fármacos para su venta; los profesionales sanitarios se encargan de llevar el contacto directo con el paciente y tienen conocimiento sobre las fórmulas y las marcas; por supuesto, también participan los propios pacientes, que comunican dichas reacciones; y por último, la Autoridad Sanitaria, que como vemos a través de lineamientos y normas, coadyuva para la seguridad de las personas cuando de consumo de medicamentos se trata.
Ahora ya estás más informado sobre lo que es la Farmacovigilancia, la ciencia va mejorando constantemente y estamos todos involucrados, así que ante una reacción adversa no conocida, informa inmediatamente a tu médico, él sabrá qué hacer.